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Todos hemos vivido esa extraña experiencia del restaurante para sentarse que tiene una bulla que nos raya la cabeza y el que tiene el volumen en el punto exacto, con un ambiente perfecto que invita a esperar porque algo bueno va pasar.  Esa es la delgada línea de la música donde te puedes sentir de mal humor o con el ánimo arriba porque  sientes que llegaste al lugar o momento que estabas esperando.

Los olores, los sabores y los sonidos tienen un poder muy fuerte en nuestro cerebro, porque nos ayudan a crear nuevos recuerdos o recordar algunos que tuvieron un fuerte impacto cuando los vivimos por primera vez.  Normalmente cuando visitas un restaurante los olores y los sabores se estimulan pasado un tiempo, mientras que el sonido y el ánimo de las demás comensales está presente desde la entrada, predeterminan su actitud frente a todo lo que está a punto de suceder.  Ahora si usted es una persona orgullosamente Sur Americana, criado en provincia como yo, con fuerte influencia Norte Americana y creció en los 80 o los 90, existe un amplio alegre portafolio musical, que le puede mejorar el día.

Lo que quiero decir es que usted puede no tener control de muchas cosas en la vida, pero la lista musical en su restaurante es clave y es su responsabilidad para invitar al cliente a tener una buena actitud en su local.  La música es muy similar a la comida y la bebida, se debe tener una idea clara de lo que se desea y quienes van a ser los clientes; es como definir que energía le quiere poner al comedor.


Algo que me llamo mucho la atención es cuando el responsable lo hace sin ayuda profesional, sin una experiencia previa y/o no tiene formación musical terminan escogiendo muchos géneros que son muy nostálgicos y pueden no generar la energía adecuada en un comedor, es como si la música no tuviera el ritmo detrás para hacer rotar las mesas.  El mejor ejemplo es cuando delegan la tarea en un mesero que le gusta el vallenato y le da por reproducir esa canción de córtame la venas donde ella me dejo.

En un restaurante deseas tener picos y valles que reflejen el tiempo promedio de visita de una persona para cenar, por eso cada tanto se debe aumentar la energía del lugar de acuerdo con esos picos de visitas y terminar esos ciclos en un punto que invite al cliente a seguir haciendo cosas en la hora del postre.  Si el restaurante  no opera hasta altas horas de la noche la música puede bajar al final del turno de forma masiva a un estado súper frío y relajado, la música fría hace que la gente quiera irse.

QUE RECOMIENDAN LOS EXPERTOS

Ver y escuchar: cada vez que introduzca una nueva lista es importante mirar si los clientes mueven la cabeza, golpean los pies y confirmar si esto se repite en todo el comedor.  También recolectar reseñas de música con los miembros del equipo sobre todo con los más jóvenes es relevante porque normalmente al ser uno de sus primero empleos prestan mayor atención a los detalles, pasan la mayor parte del tiempo en el comedor y pueden darle una idea de cómo se sienten las personas.


Durante el día: depende del estilo de su restaurante, pero al medio día, las melodías más divertidas suelen ser las mejores. A menudo, las personas mantienen animadas conversaciones durante el almuerzo, por lo que la música debe establecerse en la atmósfera del restaurante, sin ser abrumadora e interferir con la conversación y las comidas.

After Office: cuando la gente sale del trabajo, por lo general se socializa con compañeros de trabajo con unos tragos y algo pequeño de comer. Las listas de reproducción pueden contribuir enormemente al ambiente del restaurante. Probar algunas canciones instrumentales animadas o nuevas melodías independientes para un ambiente moderno y divertido. En este punto, la energía de los clientes está aumentando, pero no es toda fiesta.

Cena: Depende de su restaurante, las listas de reproducción de jazz o rock clásico a menudo son excelentes selecciones durante la cena. Quieres que la gente se relacione con la música, pero que eso no se apropia del ambiente. Lo más importante, la música siempre debe atender a la imagen y la demografía del cliente del restaurante.

Tarde en la noche: para las horas felices de la noche o para cenar tarde, generalmente puedes animar la escena un poco con canciones más fuertes y más animadas. Déjate guiar por la rumba actual y si puedes deje que sus clientes interactúen con su música pero desde sus teléfonos inteligentes (dentro de sus configuraciones personalizadas, por supuesto).

Piense en las superficies del lugar: un curador de música me enseño que al seleccionar canciones considere la forma y las superficies del comedor.  Las canciones de alta fidelidad producidas antes de los años 60 pueden crear un sonido hueco en un espacio abierto, y las trompetas y el metal a menudo rebotan en superficies duras.

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